EN CORTO: LA APUESTA DEL PARCHE MAESTRO 2020
La actual situación de crisis sanitaria en el mundo nos ha vuelto la mirada hacia la escuela.
Esta vez reafirmamos que no se trata solo de infraestructuras que alojan salones de clase o patios de recreo sino que, ante todo, la escuela se construye de las relaciones que se generan entre las personas que la hacen posible y de los vínculos de estos actores con distintos tipos de saber.
En la segunda versión de la Escuela de verano Parche Maestro nos preguntaremos por dos elementos claves: cómo mantener estos vínculos para favorecer una educación que se siga ocupando de la inclusión social de diversos grupos o poblaciones; y pondremos en escena el rol de las tecnologías educativas y, por extensión, otras prácticas de innovación educativa, discutiendo sus alcances y reflexionando sobre los asuntos que se pueden o no resolver apelando al uso de plataformas digitales.
Como hilo articulador de estas dos dimensiones, ambicionamos proyectar el rol de maestras y maestros, directivos y directivas, como mediadores y líderes de procesos, tanto académicos como sociales.
INCLUSIÓN, UNA VISIÓN RESULTADO DE MÚLTIPLES SENTIDOS
En el término inclusión, en al ámbito educativo, conviven diversas concepciones y se revelan diferencias en el uso del vocablo. Aún cuando el término tiene carácter polisémico, se asocia, principalmente, a la educación en contextos de vulnerabilidad social y económica (comunidades indígenas, población víctima de violencias diversas, población con discapacidad, grupos étnicos, personas migrantes, estados de pobreza e inseguridad alimentaria, género y su diversidad, abuso sexual y maltrato infantil…), y puede ser interpretado como una resignificación del concepto de equidad educativa, remitiendo a la noción de igualdad de oportunidades, tanto en el acceso al sistema educativo como al logro de resultados análogos, y , por tanto, a la persecución y conquista de la calidad educativa.
Acá, hacemos referencia a todos esos sentidos y visionamos la Educación como instrumento para la inclusión y la inclusión como objeto de la acción educativa. Nuestro centro de atención se sitúa en el hecho de que la Educación ha de crear entornos inclusivos. Esto necesariamente implica el respeto, la comprensión y la atención a la diversidad cultural, social e individual.
Se hace necesario reflexionar, en estos términos, desde el rol del sistema educativo, de las instituciones educativas y de docentes, directivos y directivas, a las expectativas y necesidades diferenciadas de las comunidades educativas; así como la coordinación con políticas sociales, económicas, de salud o medioambientales.
¿Por qué la inclusión es tema clave este año para Parche Maestro?
La respuesta breve es que cuando uno trabaja en temas educativos, es un campo amplio, es un campo que tiene muchas aristas y muchas entradas. Nosotros hemos entendido que, para las condiciones particulares de Medellín, Antioquia y Colombia, hay una variable en la que tenemos que comprometernos y es la deserción. Esta se traduce en que solo uno de cada cuatro chicos que entran a primero en las zonas rurales llega hasta once, es decir, que tres de cuatro se nos van perdiendo en el camino. En ese sentido, tenemos que encontrar las formas de que los chicos y las chicas permanezcan en la escuela para así asegurar el derecho a la educación.
La educación, si la entendemos como un derecho, implica no solo un cupo escolar, sino una serie de condiciones para que, personas con realidades diversas accedan a educaciones diversas. Esto se concreta en ambientes de aprendizaje, climas escolares, infraestructuras, metodologías y, en general, de todo un sistema educativo respetuoso de la diferencia y comprometido con el desarrollo de las capacidades humanas.
Cuando hablamos de inclusión educativa, hablamos de cómo efectivamente garantizar que la educación de cada persona tenga en cuenta sus capacidades, búsquedas y cultura para entender que la escuela es un escenario hospitalario en el que todos cabemos.
REALIDADES QUE RESALTAN LA INNOVACIÓN EDUCATIVA
El mundo escolar no ha sido ajeno a la pandemia que vivimos.
Nuestras relaciones y vínculos se han visto modificados, y nos corresponde reaprender a vivir y a ser docentes y directivos en los lugares comunes.
En este sentido, la crisis sanitaria actual ha puesto en evidencia las arraigadas inequidades sociales, que como es apenas previsible, se manifiestan en las lógicas de acceso a las prácticas educativas.
Así, mientras que las tecnologías educativas basadas en la conectividad a internet han apoyado la mediación en los contextos de mayores ingresos económicos, también vemos cómo las regiones más vulnerables carecen de todo tipo de conexión, y el cierre temporal de las escuelas no solo ha limitado la capacidad de acceder a nuevos conocimientos, sino que ha puesto en jaque una serie de prestaciones sociales que históricamente hemos localizado en ellas.
Hay que empezar a problematizar cuáles son las formas en las que vamos a incorporar las tecnologías en el aula, de manera puntual y específica, las tecnologías en la escuela, en el proceso educativo.
Además, porque la escuela si tiene un rol muy importante para las sociedades y es que es el lugar donde uno va aprender de lo múltiple, va a aprender de lo distinto, va a aprender de las cosas que se va a encontrar en el mundo; en ese sentido, las tecnologías no son no ajenas al hecho escolar y la escuela debe posicionarse como una institución en la que uno vaya a conectarse con el mundo, con las tecnologías (digitales y análogas) y a través de ellas.
Este país tiene que hacer unas apuestas serias y comprometidas con la generación de entornos digitales de aprendizaje. No podemos seguir manteniendo una cifra cercana al 18% de sedes rurales conectadas en un departamento como Antioquia. Hay que hacer política pública, apuestas de programas sociales, que lleven temas de conectividad hasta las escuelas, temas de formación específica para que los maestros se empoderen de estos recursos y herramientas y, a su vez, los puedan transferir a sus estudiantes.
Sin embargo, y entendiendo que esto no es inmediato, hay que mantener una conexión con otro tipo de tecnologías que son funcionales y que les permiten mantener los lazos, a pesar de la emergencia covid, entre la escuela, los maestros y los estudiantes.
Asuntos como la radio comunitaria, como los materiales impresos, como los programas de televisión, nos pueden ayudar a mantener esos vínculos porque acá lo que está en juego es una ruptura que no queremos con la educación en la escuela; pues reconocemos la escuela como un espacio protector, como un espacio que permite acceder a ciertos conocimientos, pero que también permite acceso a complementos alimenticios, acompañamiento psicosocial de familias y jóvenes, procesos de inclusión a la vida civil, en términos amplios. Entonces hay que mantener esos vínculos e hilar fuertemente esa conexión entre escuela, maestros y estudiantes.
Y mientras no tengamos conexión digital, pues vamos a tener que apelar nuevamente a esos formatos que son más de corte análogo, que siguen siendo también formas concretas de aprender.
Lo cierto es que si bien la escuela tiene que tener un componente digital, no significa que lo digital es el único componente educativo, ni la única forma de llegar; la radio, la televisión, los materiales impresos, entre otros, son también poderosos y llenos de posibilidades.
Finalmente, es clave insistir en que efectivamente no es solo un asunto de acceso, sino de los niveles de apropiación necesarios para que las tecnologías sean usables, transferibles y aprendibles.
PROPUESTAS PARA ENTENDER, DESARROLLAR Y PROPONER LA INCLUSIÓN Y LA INNOVACIÓN EDUCATIVA EN LA SITUACIÓN ACTUAL
Desde el trabajo articulado de diversos actores a través de Parche Maestro, proponemos tres ideas que nos parecen claves:
El uso de materiales y didácticas que transversalicen los saberes de las áreas específicas, con reflexiones que ayuden a la formación ciudadana, el reconocimiento de la diversidad y la inclusión. Esto se concreta en nuestra propuesta de rutas de actividades para el trabajo con estudiantes.
A través del intercambio de ideas con maestras y maestros de diversas zonas de Colombia. Para esto proponemos el uso de redes sociales, mensajería instantánea y los grupos de trabajo que hemos consolidado a lo largo de los dos {últimos años. Los invitamos a arriesgarse a grabar audios y videos contando sus propias experiencias y propuesta
A través del acceso a recursos digitales, si se tiene conectividad, o a través del consumo de los programas de radio comunitaria y los contenidos sonoros que estamos promoviendo
Y finalmente, por eso estamos planteando ambos temas como ejes de la segunda edición del Parche Maestro, en el que los abordaremos en espacios de encuentro y trabajo colaborativo.
#EquipoPro | Felipe Aramburo. Educación Proantioquia
Comments